jueves, 21 de noviembre de 2013

Deuda, austeridad y demás mentiras

"El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad." (Aristóteles)


De un tiempo a esta parte, uno de los mantras más repetidos por ciertos sectores políticos y de la sociedad es que hay que endeudarse para crear crecimiento. Emitir más deuda. Realizar más gasto público, para crecer más. Así, y se quedan tan anchos...

Decir que una subasta de deuda ha sido un éxito porque se han colocado "x" miles de millones de euros a 1, 2, 5 ó 10 años, a un tipo de interés más bajo que en las anteriores subastas, me repatea. Es como decir: "me he gastado tu dinero para la compra en un genial 2x1 en zapatos."


La realidad de esas emisiones de deuda como bien comenta Daniel Lacalle en su artículo "La deuda sí es el problema" es que intentar salir de una recesión y crecer a base de deuda puede traer como consecuencia el efecto contrario: que se llegue a detener la recuperación a causa de esa misma deuda. Aquí tienen el artículo para comprender el problema a fondo:


 http://blogs.elconfidencial.com/economia/lleno-de-energia/2013-10-14/la-deuda-si-es-el-problema_28396/

Y para qué todo este gasto y esta deuda? Se preguntarán ustedes...Pues nada más y nada menos que para mantener un estado hipertrofiado, con otros 17 mini-estados más dentro, una estructura imposible de mantener con los ingresos actuales, y todo ello con la excusa del ESTADO DEL BIENESTAR, un estado fictício en el que el bienestar es para unos pocos, los actuales políticos y sus allegados.

Porque claro, durante toda esta época de crisis hemos visto como se realizaban recortes en ese estado del bienestar, recortes de tipo social, económico, laboral...etc...con la excusa de que dichos recortes eran necesarios y que la austeridad nos era impuesta desde fuera. Muy triste. El porqué? 


Primero, porque por nuestro bien deberíamos ser austeros sin que nadie nos lo imponga: no gastar más que aquello que podemos, y sin endeudarnos nosotros ni futuras generaciones.


Segundo, dicha supuesta austeridad es una falacia: nuestra deuda ha crecido más de un 17% desde 2012 (ya supera el 92% del PIB) y no tiene pinta de parar. Y todo ello porque tenemos unos gastos estructurales que no podemos mantener.


Y tercero, porque mientras las clases más débiles y los pequeños empresarios han soportado todo el peso de los ajustes, los verdaderos protagonistas del gasto no han visto recortados sus gastos: siguen existiendo el mismo número de políticos, ayuntamientos, diputaciones, empresas públicas....etc...que antes de comenzar la crisis. Todos ellos con un enorme gasto de recursos humanos y económicos, y con una ineficiencia propia de un estado bananero.


A todo ello hay que sumar que hay pocos mecanismos independientes de control, que auditen tales gastos. El tribunal de cuentas o la agencia tributaria o no tienen capacidad material o potestad para hacerlo. Tal es así, que a día de hoy, no se sabe a ciencia cierta cuántos asesores o personal de confianza hay, ni cuál es su coste.


Por todo ello, la próxima vez que oigan decir que la prima de riesgo ha bajado, y que es muy buena noticia porque nos podemos financiar en los mercados de una manera más barata, desconfíen. Eso es más deuda, que usted tendrá que pagar (o sus hijos y nietos) con unos intereses, y a costa de unos impuestos. 

Pero recuerde, la solución está en gastar menos, no recaudar más.








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